En noches donde el deseo se hace incontrolable, salgo a la calle en busca de alguna luna que pueda calmar mi sed.
Sus destellos no logran calar mi piel, el calor de mi cuerpo golpea con violencia la tibia brisa que libre diambula por cada rincon de esta ciudad, como una loba en celo, busco, siento, percibo aromas desconocidos, que cautivan mi atencion...que me quitan la razon.
El silencio y la bruma juegan en cada esquina, las luces apenas pueden verse...solo el sonido de mis tacos forma un eco suave al final del horizonte, las presas se han escondido...mi fiebre no cesa, esta necesidad de redescubrir sensaciones, de conocer nuevas experiencias me da vueltas en la cabeza.
Cada farol guarda un murmullo distinto, cada sombra se destiñe frente a mis ojos...presa de mis deseos, continuo buscando eso que tanto deseo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario